Jaime Perozzo, nació en Cúcuta, vivió en Italia hasta los 12 años de edad, hijo de padres italianos, es Sicólogo y Sociólogo, actualmente trabaja con nosotros en el reality de televisión Habilidosos, lleva 20 años dedicado a la actividad deportiva, principalmente con el fútbol, también fue profesor de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Su vida en el fútbol la repartió entre el Cúcuta Deportivo y el Deportivo Táchira, donde celebró varios títulos, su mayor logro haber estado en un mundial de fútbol, con la selección de Costa Rica en Brasil y Rusia, 2014 y 2018, año en el que llegó a cuartos de final.

Por: JP JAIME PERROSO
A lo largo y ancho del país se pueden encontrar esfuerzos loables, con sentido humanista, con variados discursos sobre lo social y emprendidos por distintas organizaciones, cada una con su propios objetivos, métodos y fines específicos. Discursos y narrativas desde los que proponen acciones por el derecho a un medio ambiente saludable, el derecho al agua potable, de género, de minorías étnicas por su inclusión social, organizaciones defensoras de los derechos humanos. En fin, lo que el contexto de un país como el nuestro, muestra como debilidades en los sectores sociales relegados, excluidos y olvidados históricamente.
La violencia reinante en el país, que data desde la misma guerra de los mil días (1898-1903), se aposentó en el territorio nacional mutando de la enemistad política hacia las más execrables formas de violencia y de delincuencia común involucrando en sus filas en todos los casos, a jóvenes adolescentes, e incluso a niños en sus filas, utilizados como carne de cañón casi siempre.
En los planes de gobierno municipales el capítulo en referencia a la juventud apenas es un requisito que es letra muerta, pues en la realidad no existen programas ni mucho menos proyectos estructurados, ya que apenas si se tienen infraestructuras deportivas usadas por una parte de esta población, pero con enfoques puestos a la recreación en la vida cotidiana. Esfuerzos privados a cargo de dirigentes mesiánicos que organizan clubes y escuelas deportivas, aprovechan estas infraestructuras construidas sin ningún apoyo o interés de las autoridades locales, constituyendo el único espacio que encuentra la juventud local como válvula de escape a la ya difícil situación que viven por el asedio constante de los bandidos para que engrosen sus filas de combatientes, cuando no la delincuencia común que también los acecha, sumiéndoles en una desesperada angustia en que han convertido su existencia, asomándose a ser otra generación perdida como muchas en anteriores tiempos.
Aún más ausente en estas regiones, los espacios para la expresión cultural, donde esta generación de jóvenes puedan expresar sus talentos y habilidades y sus propias narrativas.
Generación naufraga de posibilidades, sin futuro ni horizontes, donde la risa apenas es una mueca dolorosa, sin amores por culpa de los piratas del oro, es lo que uno encuentra al asomar la mirada en estos territorios visitados al participar en un proyecto de una fundación que con nombre mágico –Habilidosos-, busca lograr con un esfuerzo ingente, llegar a la juventud entre los 12 y los 18 años, explorando sus talentos y posibilidades culturales y deportivas, ofertándoles sueños y expectativas de construir un futuro donde la vida esté como primer y principal plan y proyecto.